Allá por el 2012, Brandon Cronenberg nos devolvía la esencia que su
progenitor David había sacrificado tras Existenz para volcarse en un terreno
más convencional. Antiviral nos devolvía a esa obsesión con el cuerpo
maltrecho, pero con un ritmo para mi gusto algo fallido. Ni su prometedora
premisa y maravillosa estética lograban compensar por la insatisfacción general
que dejaba al final. Sin embargo, con su nueva propuesta (Possessor) sí que ha
logrado un resultado redondo. Aquí se desmarca un poco más de la fidelidad a
los inicios de su padre para adentrarse en un estilo propio, aunque con ciertas
reminiscencias intencionales a Existenz (de hecho, no creo que lo de rescatar a
Jennifer Jason Leigh fuese coincidencia).
Andrea Riseborough
(Mandy) toma las riendas sin decepcionar como agente de una organización
dedicada a infiltrarse en cuerpos mediante el uso de implantes con el fin de
ejecutar encargos en forma de asesinatos para clientes adinerados. No deja de ser
un homenaje actualizado a las ideas de su padre (algo habitando un cuerpo y
obliterando su voluntad), pero haciendo uso de la tecnología en lugar de algo
orgánico (de hecho, hay un diálogo hacia el final de la película que deja
bastante clara su intención de plasmar esto). Ofrece una serie de imágenes
potentes y mantiene en tensión en todo momento.
Sin embargo, al final crea en el espectador una sensación bastante aséptica; aunque esto no es necesariamente malo, ya que creo que esa era la intención, puesto que uno se ve inmerso en la mente de los personajes de Andrea Riseborough y Jennifer Jason Leigh, donde lo único que importa es acatar la misión a toda costa, sin dar lugar a sensiblerías de ningún tipo, llegando a dejar a un lado su humanidad en pro del objetivo a lograr, algo bastante refrescante en este presente de heroicidad y buenismo. Es una película fiel a sí misma que no pierde el tiempo haciendo concesiones, lo cual se agradece.
Sin embargo, al final crea en el espectador una sensación bastante aséptica; aunque esto no es necesariamente malo, ya que creo que esa era la intención, puesto que uno se ve inmerso en la mente de los personajes de Andrea Riseborough y Jennifer Jason Leigh, donde lo único que importa es acatar la misión a toda costa, sin dar lugar a sensiblerías de ningún tipo, llegando a dejar a un lado su humanidad en pro del objetivo a lograr, algo bastante refrescante en este presente de heroicidad y buenismo. Es una película fiel a sí misma que no pierde el tiempo haciendo concesiones, lo cual se agradece.
En definitiva: Possessor
es una delicia para cualquier fan del terror y de la ciencia ficción y Brandon
Cronenberg, pese a no haber alcanzado aún la perfección, ha madurado con
respecto a Antiviral y estoy segura de que será un nombre a tener en cuenta durante
mucho tiempo.
Ara Zielinski
No hay comentarios:
Publicar un comentario